viernes, 12 de septiembre de 2014

Bomberos celebran 78 Aniversario


*           Del incendio de Managua de 1932 al nuevo siglo

Por Roberto Mejía
Managua comenzaba a reedificarse después del devastador terremoto de 1931, cuando Managua fue sorprendida por un feroz incendio que alarmó a la ciudad. Era la noche del 18 de abril de 1936, y todo indicaba que aquel inesperado siniestro se había iniciado en el establecimiento comercial del señor Francisco Brockmann & Cía., frente al mercado recién reconstruido. Ese incendio asumió grandes proporciones, porque aún no había entonces en la ciudad de Managua ninguna organización bomberil  que pudiera contrarrestarlo.
En consecuencia, el feroz incendio muy pronto se propagó a varias casas y negocios en las que operaban algunas droguerías.  Aquel hecho inédito y trascendental para Managua fue bautizado por la gente como el “Incendio de las boticas”, porque casi destruyó una manzana completa plagada de estos negocios.
Posterior a este incendio un grupo de ciudadanos encabezados por el Dr. Joaquín Vigil Lejarza, preocupados por la situación, fundó con el apoyo y asesoría del Cuerpo de Bomberos de Panamá,  el Cuerpo de Bomberos de Managua.

El 13 de septiembre de 1936 se creó el Cuerpo de Bomberos de Managua en una sesión solemne en el Distrito Nacional. El cuartel para el servicio público fue inaugurado el 19 de septiembre de 1936, en un local que había servido de garaje para autobuses. Apenas unos días después, el  25 de septiembre de 1936, a las doce y cuarenta y cinco de la tarde, por primera vez el Cuerpo de Bomberos de Managua entró en alerta por el incendio de un camión de la empresa Transportes Sotomayor.
Diez años después el 23 de Julio de 1946, mediante el decreto presidencial No 406 se les otorgó el honorífico rango de Beneméritos de la Patria y así se creó lo que hoy es el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Managua (BCBM), organización de bomberos voluntarios cuyo cuerpo está formado por 267 personas, entre comandancia, oficiales, permanente y voluntarios  que atienden desde su histórico cuartel central un promedio de 3,400 incidencias por año, entre las que se encuentran incendios, atenciones pre hospitalarias, accidentes de tránsito, traslados en ambulancias, personas extraviadas y extinción de enjambres de abejas, entre otras actividades.
La labor insustituible de esta organización humanitaria ha permitido durante todos estos largos 78 años salvar valiosas vidas y minimizar los daños a la propiedad con sus rápidas y oportunas intervenciones ante los constantes llamados de auxilio de la comunidad. Han sido 78 años trabajando día a día, estando dispuestos las 24 horas del día a prestar su trabajo voluntario y arriesgando su propia vida con el único y noble propósito de ayudar a sus semejantes.
Para los Beneméritos de La Patria han sido años muy difíciles por la escasez de recursos con que cuentan ya que en muchos casos los pocos implementos para realizar su trabajo son de segunda mano, usados y donados por otros bomberos de países amigos que ya no utilizan.
Las limitaciones saltan a la vista cuando un bombero escucha el timbre de incendio y recoge rápidamente su vieja y desgastada chaqueta térmica y su desgastado casco. La unidad que sale al rescate ha sido donada por algún país amigo que ya ha dejado de utilizar, pero que aquí deberá cumplir con un nuevo plan de servicios por varios años más.  

El cuartel central de los bomberos beneméritos presenta varias lesiones estructurales causadas desde el terremoto de 1972 y que no han sido reparadas por falta de recursos económicos. Pero todas estas limitaciones se compensan con la valentía, la gallardía y el coraje de estos jóvenes bomberos capaces de exponer su propia vida por salvar la de otros. Por lo regular nadie se ha preguntado cuántas vidas se han salvado durante todos estos 78 años por la intervención oportuna de los bomberos voluntarios. Cuánto dinero se ha ahorrado durante todos estos 78 años - tanto el sector privado como el sector público y la propia comunidad- cuando los bomberos llegan e impiden que los incendios se propaguen y afecten más propiedades.

Pero aun trabajando con grandes limitaciones y escasos recursos, las llamadas se siguen recibiendo al #120 de emergencias. Una voz siempre contestará: “Bomberos buenos días”… “Bomberos buenas tardes” o “Bomberos buenas noches”, no importa el día, el lugar y la hora, ahí estarán los Beneméritos de la Patria cumpliendo sus sagrados principios de honor, disciplina y abnegación.

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