miércoles, 3 de septiembre de 2014

El Comal, tumba de mineros

  • Equipos de rescate decidieron que era imposible seguir adelante y regresaron a Managua
  • Familias quedaron en Bonanza enjugando sus lágrimas y orando por el alma de los desaparecidos
Distintas agencias
El gobierno oficializó la suspensión de la búsqueda de un grupo de mineros, aproximadamente siete, que desde el jueves pasado permanecen atrapados tras el derrumbe de una mina, después de que los equipos de rescate decidieron que no había esperanza de llegar a ellos.
Las autoridades dijeron que la decisión de suspender las labores de búsqueda se tomó después de que un nuevo derrumbe en la zona del desastre casi sepultó a una docena de rescatistas.
"Tenemos que aceptarlo, pero eso no quiere decir que no sintamos dolor", dijo la vocera del Gobierno, Rosario Murillo. "Entre todos se tomó la decisión y se comunicó a las familias", añadió.
Las condiciones del rescate “eran de peligro y difíciles” por las altas temperaturas, los niveles de humedad y los nuevos corrimientos y “se libró la lucha en esas condiciones hasta que fue imposible” por los “derrumbes tras derrumbes”.

El ambiente era “totalmente inestable y totalmente sofocante” para el personal de socorro y los mineros artesanales que sumaron a la búsqueda.

Tras varios días de labores, Murillo dijo que hubo un momento “en que ya no se puede continuar” por el riesgo a la vida de los 34 rescatistas y las decenas de hombres que participaron en las incursiones en la mina.
Desconsuelo
El dolor y la resignación de los familiares de los siete mineros que murieron en un derrumbe en la mina “El Comal”, en Nicaragua, era visible, tras la suspensión de los trabajos de búsqueda por parte de los rescatistas, debido al riego que enfrentaban.
La situación “nos superó” por los nuevos derrumbes en la zona ocasionados por las lluvias y el grave riesgo para los socorristas y “no pudimos hacer más, hemos luchado para encontrarlos”, dijo a la prensa local, Roberto Urbina.
La decisión de suspender las labores de búsqueda en la mina “El Comal”, ubicada en el municipio de Bonanza, en el norte del Caribe de Nicaragua, fue obligada por un deslizamiento que arrasó con las paredes y el techo del túnel debido a las lluvias de la tarde del lunes.
La chimenea cayó y toneladas de lodo y tierra sepultaron el sistema de escaleras que habían edificado para facilitar el ingreso de los rescatistas, relató uno de los sobrevivientes Pablo Umanzor.
Desde el viernes “hicimos un gran intento, pero un gran derrumbe quebró los postes como cañas. Fue difícil, el cerro se movía y no podíamos seguir. Solo lo dejamos a Dios”, lamentó.
Umanzor pidió a sus compañeros abandonar los trabajos en la mina de oro y buscar nuevas vetas vírgenes en otros sitios.
Más de un centenar de mineros artesanales apoyaron la labor de un grupo de 34 bomberos y especialistas en búsqueda y salvamento que trabajaron desde el viernes.
Domingo Barrera, padre de Juan Carlos Barrera uno de los mineros desaparecidos, admitió que "es imposible seguir luchando por encontrarlos, ese derrumbe fue enorme, lo mejor es ya no seguir poniendo en riesgo a más personas, aunque duele”.

“Con dolor en mi corazón, un dolor profundo, lucharon pero no pudieron, que se haga la voluntad de Dios”, dijo resignada Luisa Rodríguez.
Harold Rivera, uno de los mineros que participó en la búsqueda dijo al Canal 8 de televisión que era imposible seguir trabajando porque "cada andamio que poníamos al poco tiempo cedía por la tierra que se estaba derrumbando". Aseguró que en el interior de la mina se sentía un fuerte hedor presuntamente emanado por los cuerpos atrapados y que eso también los afectaba.
Antonia Rodríguez, madre de uno de los mineros que perdió la vida, dijo que no había más que resignarse ante lo ocurrido. "Se lo dejamos a la mano de Dios, si él quiere que sea así es su voluntad, todo queda en manos de él", dijo llorando.
Jorge Hernández, quien llegó hasta Bonanza desde Managua con la esperanza de encontrar vivo a su hermano, dijo que lo más difícil será informar la noticia a sus sobrinas de ocho y cinco años.
"Mi hermano quedó enterrado, no sé qué le voy a decir a sus hijas que dependían de él ¿qué cuerpo les voy a llevar?", dijo.
Más temprano el lunes el viceministro de gobernación Carlos Najar había informado el hallazgo de herramientas de trabajo que podrían pertenecer a los mineros desaparecidos.
El Jefe de Brigada de Salvamento y Rescate, comandante Javier Amaya, detalló que se habían hecho cerca de 25 incursiones dentro de la mina por brigadas compuestas cada una por ocho mineros y dos bomberos especializados.

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