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Un Papa emocionado improvisa su
discurso tras el testimonio de dos víctimas de la barbarie comunista
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"Habéis sufrido físicamente,
psíquicamente, con la incertidumbre de saber si seguiríais vivos"
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| Francisco, con la religiosa María Caleta. |
Jesús Bastante).- Abrazos, bendiciones, lágrimas,
silencio, emoción contenida. Nunca un rezo de vísperas fue tan
intenso, tan emotivo, tan de Dios. Los aplausos y las muestras de afecto fueron
una constante en la catedral de Tirana. Con un recuerdo especial para los
mártires,que continuaron siendo fieles a lo largo del régimen. "Hoy
hemos tocado a los mártires", explicó el Papa, quien echó por tierra
los papeles después de lo que sucedió al comienzo de la ceremonia.
Dos de los supervivientes, un sacerdote y una religiosa, el padre
Ernesto y la hermana María Caleta, rezaron junto al Papa, y relataron su
experiencia de secuestros, torturas, violaciones y exigencias de apostasías. Al
término de su intervención, Francisco, casi entre lágrimas, se abrazó a
los dos largamente, arrancando la ovación de los participantes, todos
ellos puestos en pie. No en vano, el sacerdote fue condenado a muerte por no
apostatar, una pena que finalmente fue conmutada por 27 años de trabajos
forzosos. Una fue puesta a prueba: un santo en vida.