Era urgente que el Comandante Ortega cambiara su actitud de
arrogancia y ordenara a la Asamblea Nacional atender el clamor ciudadano, para
aprobar por fin la ‘iniciativa
del PLI que prorroga la validez de las cédulas vencidas’, terminando así el
‘suplicio’ al que los magistrados del CSE habían sometido a miles de
nicaragüense (en especial a personas adultos mayores).
La ocasión es oportuna para explicar por qué el Gobierno rechazó
la donación de la Unión Europea para el “Proyecto
de Apoyo a la Modernización del Registro Civil y de los Sistemas de
Identificación Ciudadana de 5.4 millones de euros”,(http://eeas.europa.eu/delegations/nicaragua/eu_nicaragua/tech_financial_cooperation/bilateral_cooperation/index_es.htm),
para que se corrija también esa errónea disposición y que se retome este
indispensable Proyecto.
Así mismo, el Comandante Ortega debe atender la iniciativa que los
Obispos le presentaron el 21 de mayo de 2014, que textualmente dice: “La segunda propuesta que
como Conferencia Episcopal hacemos al Gobierno, no obstante haya ya nombrado o
reelecto a los miembros del Consejo Supremo Electoral (CSE), es dar inicio a
una profunda reforma política de todo el sistema electoral del país. Le pedimos
con todo respeto que ofrezca su palabra de honor para garantizar en el 2016
para Nicaragua un proceso electoral presidencial absolutamente transparente y
honesto, con nuevos y honorables miembros al frente del CSE, en el que brille
sin ningún tipo de duda, la voluntad popular; con un sistema de cedulación
independiente del mismo CSE que le garantice a cada nicaragüense su cédula en
tiempo y forma antes de las elecciones; y con un proceso electoral abierto
irrestrictamente a observadores de instituciones nacionales y extranjeras”.
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