* Del incendio de Managua de 1932 al nuevo siglo
Por Roberto Mejía
Managua
comenzaba a reedificarse después del devastador terremoto de 1931, cuando
Managua fue sorprendida por un feroz incendio que alarmó a la ciudad. Era la
noche del 18 de abril de 1936, y todo indicaba que aquel inesperado siniestro
se había iniciado en el establecimiento comercial del señor Francisco Brockmann
& Cía., frente al mercado recién reconstruido. Ese incendio asumió grandes
proporciones, porque aún no había entonces en la ciudad de Managua ninguna
organización bomberil que
pudiera contrarrestarlo.
En
consecuencia, el feroz incendio muy pronto se propagó a varias casas y negocios
en las que operaban algunas droguerías. Aquel hecho inédito y
trascendental para Managua fue bautizado por la gente como el “Incendio de las
boticas”, porque casi destruyó una manzana completa plagada de estos negocios.
Posterior
a este incendio un grupo de ciudadanos encabezados por el Dr. Joaquín Vigil
Lejarza, preocupados por la situación, fundó con el apoyo y asesoría del Cuerpo
de Bomberos de Panamá, el Cuerpo de Bomberos de Managua.
El 13
de septiembre de 1936 se creó el Cuerpo de Bomberos de Managua en una sesión
solemne en el Distrito Nacional. El cuartel para el servicio público fue
inaugurado el 19 de septiembre de 1936, en un local que había servido de garaje
para autobuses. Apenas unos días después, el 25
de septiembre de 1936, a las doce y cuarenta y cinco de la tarde, por primera
vez el Cuerpo de Bomberos de Managua entró en alerta por el incendio de un
camión de la empresa Transportes Sotomayor.
Diez
años después el 23 de Julio de 1946, mediante el decreto presidencial No 406 se
les otorgó el honorífico rango de Beneméritos
de la Patria y así se creó lo que hoy es el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Managua
(BCBM), organización de bomberos voluntarios cuyo cuerpo está formado
por 267 personas, entre comandancia, oficiales, permanente y voluntarios que atienden desde su histórico cuartel
central un promedio de 3,400 incidencias por año, entre las que se encuentran
incendios, atenciones pre hospitalarias, accidentes de tránsito, traslados en
ambulancias, personas extraviadas y extinción de enjambres de abejas, entre
otras actividades.
La
labor insustituible de esta organización humanitaria ha permitido durante todos
estos largos 78 años salvar valiosas vidas y minimizar los daños a la propiedad
con sus rápidas y oportunas intervenciones ante los constantes llamados de
auxilio de la comunidad. Han sido 78 años trabajando día a día, estando
dispuestos las 24 horas del día a prestar su trabajo voluntario y arriesgando
su propia vida con el único y noble propósito de ayudar a sus semejantes.
Para
los Beneméritos de La Patria han sido años muy difíciles por la escasez de
recursos con que cuentan ya que en muchos casos los pocos implementos para
realizar su trabajo son de segunda mano, usados y donados por otros bomberos de
países amigos que ya no utilizan.
Las
limitaciones saltan a la vista cuando un bombero escucha el timbre de incendio
y recoge rápidamente su vieja y desgastada chaqueta térmica y su desgastado
casco. La unidad que sale al rescate ha sido donada por algún país amigo que ya
ha dejado de utilizar, pero que aquí deberá cumplir con un nuevo plan de
servicios por varios años más.
El
cuartel central de los bomberos beneméritos presenta varias lesiones
estructurales causadas desde el terremoto de 1972 y que no han sido reparadas
por falta de recursos económicos. Pero todas estas limitaciones se compensan
con la valentía, la gallardía y el coraje de estos jóvenes bomberos capaces de
exponer su propia vida por salvar la de otros. Por lo regular nadie se ha
preguntado cuántas vidas se han salvado durante todos estos 78 años por la intervención
oportuna de los bomberos voluntarios. Cuánto dinero se ha ahorrado durante
todos estos 78 años - tanto el sector privado como el sector público y la
propia comunidad- cuando los bomberos llegan e impiden que los incendios se
propaguen y afecten más propiedades.
Pero aun
trabajando con grandes limitaciones y escasos recursos, las llamadas se siguen
recibiendo al #120 de emergencias. Una voz siempre contestará: “Bomberos buenos
días”… “Bomberos buenas tardes” o “Bomberos buenas noches”, no importa el día,
el lugar y la hora, ahí estarán los Beneméritos de la Patria cumpliendo sus
sagrados principios de honor, disciplina y abnegación.



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