Por Jesús Del Toro | Pulso USA
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El cambio climático, y en específico el incremento de la temperatura
global, se encuentra probado y documentado en numerosos estudios científicos,
sobre todo en los reportes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático
(IPCC por sus siglas en inglés). Documentos científicos como ese, más allá de
las dudas y alegaciones de ciertos grupos conservadores, anticientíficos o
defensores de ciertas industrias afectadas por regulaciones pro ambientalistas,
muestran que ese cambio es real y que afectará fuertemente el mundo como lo
conocemos de continuar las actuales tendencias de emisiones contaminantes.
Alaska, por su ubicación geográfica,
sufrirá efectos singulares por causa del cambio climático que podrían modificar
sustancialmente el panorama y la vida de sus habitantes. De acuerdo a reportes
del IPCC citados por la televisora KTOO, Alaska y su actividad económica serán
transformadas y el estado y sus habitantes han comenzado ya a sentir las
primeras sacudidas.
Por un lado, el
calentamiento podría tener efectos favorables para ciertas industrias, entre
ellas el turismo. La KTOO indica que, por ejemplo, los cruceros podrían
comenzar a operar en latitudes aún más al norte y, en una circunstancia irónica
y agridulce, los operadores turísticos podrían beneficiarse del interés por
viajar a Alaska para ver parajes y especies amenazadas por el deshielo. El
problema es que, cuando eso se haya acabado, ese flujo turístico nunca volverá.
La reducción de
ciertos glaciales, como el Mendenhall en el área de Juneau, relata la KTOO, no
le hará perder su atractivo turístico por un tiempo, pero esa pérdida del hielo
generará otros problemas, posiblemente mayores: deslizamiento de tierra,
pérdida de los nutrientes que el glaciar entregaba a la Bahía Auke, donde
se topa con el mar, y la consiguiente merma de especies de plancton y otros
animales de los que dependen numerosas especies, desde peces hasta ballenas.
Qué tanto será
afectada la actividad turística por estos y otros cambios es aún incierto, pero
muchos están comenzando a pensar en Alaska en cómo encararlos y sacarles
provecho. Por ejemplo, los operadores de áreas de esquí deberán prepararse para
un futuro con menos nieve natural y, como contrapartida, con la posibilidad de
realizar actividades distintas y en un periodo de más meses que las que el frío
ha permitido hasta ahora.
Otro problema
es en el suelo. La pérdida del permafrost –un tipo de suelo congelado que
existe en amplias zonas del estado- creará inestabilidad en infraestructura de
todo tipo, desde caminos y tendidos eléctricos hasta las casas mismas en muchas
regiones. El alza en las temperaturas también podría afectar a muchos bosques
no adaptados a temperaturas templadas, amplificar los incendios forestales y
crear un auge de ciertas plagas. Muchas especies animales podrían quedar en
riesgo o incluso extinguirse al modificarse sus hábitats y al enfrentar la
llegada de nuevas especies exógenas y potencialmente devastadoras para las
poblaciones nativas.
Estos efectos
del cambio climático en Alaska comienzan ya a sentirse. Según el gobierno de
ese estado, por ejemplo, tres poblaciones han comenzado ya a ser reubicadas y
otras 160 han sido identificadas como lugares en riesgo, a causa de la pérdida
de permafrost y la erosión subsecuente.
Además, según datos del gobierno federal la pérdida de permafrost, o su
inestabilidad, ha conducido a problemas de transporte, pues actualmente muchos
caminos en la zona de la tundra sólo son utilizables 100 días al año, cuando
anteriormente podían utilizarse el doble de días. En muchos casos, áreas de
bosque han perdido también la firmeza de su suelo y sus árboles se han
inclinado sustancialmente o incluso se han venido abajo. Y en algunas
áreas la llegada de nuevos insectos ha afectado y matado a incontables árboles,
cuyos troncos sin vida son mucho más susceptibles al fuego.
Desde luego, la
reducción de las masas de hielo, sobre todo en áreas del ártico, abrirá nuevos
espacios hoy sellados y con ello se crearán nuevas oportunidades y peligros.
Por ejemplo, podría abrir nuevas áreas a la explotación petrolera y permitir la
navegación por el Océano Ártico, lo que podría conectar a Alaska con el este de
modos aún insospechados. Pero un mar menos frío alteraría patrones de muchas
especies animales, cambiando la presencia de peces y la disponibilidad de
pesca.
El balance es
incierto y en cierto modo con una tendencia a ser desfavorable. Pero aunque aún
no se conoce la escala total de esa transformación, su avance parece inevitable
y será necesario lidiar y adaptarse.
Los países que más contribuyen al
cambio climático
Entre
los años 1906 y 2005 la temperatura media del planeta ha subido 0,74 ºC. Lo
peor del dato es que tan solo 10 países han provocado el 60% de este
incremento. Esto se ha podido saber gracias a un estudio realizado por el
profesor Damon Matthews y su equipo de la universidad
canadiense Concordia. Para realizar el estudio se han tenido en cuenta factores
como la emisión de gases que produce cada país y la composición de los mismos.
También se ha estudiado el tiempo que estas emisiones han permanecido en la
atmósfera y el cambio en las temperaturas que producen. Se han analizado las
emisiones de dióxido de carbono, metano, óxido de nitrógeno y cambios
geológicos, junto con la deforestación de cada país, ya que estos indicadores
justifican un aumento de 0,7 ºC de los 0,74 ºC que ha aumentado la temperatura
media del planeta.



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